Volvemos a la República Checa. Para aquellos amantes del graffiti naif, sucio y hecho como por un niño lo vais a gozar con Leroy. Dirty hasta la médula, lo que más nos gusta de Leroy es su capacidad para generar ideas nuevas, formas más allá de los referentes o tópicos del graffiti dejando fluir su creatividad y demostrando un estilo más que personal.